Chris Froome, ciclista del Sky y máximo rival de Nairo Quintana.
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"Aspiro a que mi hijo se sienta orgulloso de mis maillots amarillos": Froome

El británico ha ganado la ronda gala en dos oportunidades.

El británico Chris Froome (Sky) partirá como favorito número uno en el Tour que comienza este sábado en Mont Saint Michel, y se siente motivado para lograr su tercer triunfo, que dedicaría a su hijo Kellan, y espera que "en el futuro se sienta orgulloso de los maillots amarillos de su padre".

"Ser padre me ha dado mucho en lo personal y en lo profesional. Aspiro a que mi hijo se sienta orgulloso de mí. Ahora es muy pequeño para entender mi profesión, pero en el futuro quiero que se sienta orgulloso de lo que he hecho y de mis maillots amarillos", señala Froome en el programa oficial del Tour.

El líder del Sky, ganador en 2013 y 2015, afronta su séptima participación y ha vestido 15 veces de amarillo. Ha ganado 5 etapas y llega con otros tantos triunfos en la presente temporada. El recorrido, muy montañoso, es de su agrado y anuncia pelea hasta el final.

"Este año el recorrido me viene bien. Hay 2 contrarrelojes, no muy largas pero con relieve. La tercera semana será muy dura. Para mi las etapas claves serán las de Andorra y Mont Blanc. El ganador será un buen escalador, pero también un buen bajador", señala.

Sobre sus rivales, el ciclista de origen keniano tiene claro que el colombiano Nairo Quintana será el más peligroso, un ciclista al que ha relegado dos veces y aún en progresión. Además, cuenta un pequeño "secreto" de la edición anterior.

"La oposición en 2015 de Nairo fue fuerte y sigue progresando. El año pasado tuve problemas de salud, ya que tras los Alpes tuve una afección de garganta y luego me afectó a los bronquios. Traté de ocultar mis debilidades a los rivales. Lo más duro fue evitar toser en la línea de salida cuando tenía al lado a Contador y Quintana. Tuve que ocultarlo. Aquello me debilitó físicamente, pero gracias a mi equipo logré salir adelante", comenta.

Froome se refiere al intento de retirarse del ciclismo de Alberto Contador, un corredor al que elogia por "su calidad y espíritu ganador".

"Si se hubiera retirado hubiera ofrecido perspectivas interesantes. Ha sido uno de los más serios rivales en los últimos años. Aunque no ha subido al podio en los dos Tours que yo he ganado, él ha hecho historia en esta carrera y siempre me ha puesto en apuros en las carreras en las que hemos coincidido, como el Dauphiné o la Vuelta", señaló.

Además, Froome destaca que "en la Vuelta de 2014 aprendí que él no se rinde jamás y que si te coge tiempo es difícil contrarrestarlo".

Froome recuerda mirando atrás que fue más difícil ganar el segundo Tour que el primero.

"Si, sin duda. Cuando ganas la primera vez luego cargas en tus espaldas con más presión. Se duplica la atención mediática, te piden cada vez más tiempo. Ya estoy acostumbrado y eso no me parece algo nuevo. Entiendo que los antiguos campeones dijeran eso", asegura.

El británico celebra el hecho de que en la 103 edición los primeros días son más accidentados que otras veces.

"Eso me hace pensar que no habrá tantas caídas. Tengo la amarga experiencia de 2014. Fue duro retirarme y ver la carrera por televisión. Ahora se eliminan una parte de los riesgos", comenta.

También se refiere Froome al cuidado que dedica a sus "tesoros", lo 15 maillots amarillos.

"Los he guardado cuidadosamente en un armario. Estuve muy ocupado desde que llegué a París, me fui a la Vuelta y luego me estuve recuperando de la lesión en el pie, preparar el nacimiento de mi hijo Kellan en diciembre y entrenarme para la nueva temporada que comencé en Australia (Sun Tour). Los ordenaré cuando termine de correr y los enmarcaré como grandes recuerdos".

Lo que sí aprecia a diario son los jarrones de Sevrés que ha obtenido como dos veces ganador del Tour.

"Los tengo bien visible en mi apartamento de Mónaco, me recuerda cada día que pasé para conseguirlo, y uno de ellos contiene un mensaje de felicitación del presidente de Francia. Son recuerdos para siempre", señala.

En el podio parisino dijo micrófono en mano una frase ya celebre: "Siempre respetaré el maillot amarillo".

"Lo dije en un momento importante para la historia de nuestro deporte. Me tomo muy en serio mi papel de vencedor del Tour de Francia. Se trata de un símbolo, algo a lo que nunca faltaré al respeto, a diferencia de algunos que lo llevaron antes que yo. No tengo plantearme cada día la promesa que hice al público de París sobre la ética en mi profesión. Estoy orgulloso de haber cumplido con mi palabra", explica.

Sobre su futuro aclara que no buscará récords, sino victorias: "Tengo 31 años y me planteo correr año a año, sin pensar en récords. Me gustaría correr aún 6 ó 7 años al mejor nivel , pero dependerá de mi cuerpo. Mi cabeza me dice que continúe hasta 2023. Creoque aún puedo dar mucho, aunque no tenga garantía de ganar", concluye.

EFE

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